El plátano es una de las frutas más consumidas del mundo: y es que es una excelente fuente de potasio, fibra y vitaminas C y B6. Además, es muy versátil, ya que se puede comer crudo, cocido o como ingrediente en muchas recetas, como pasteles, batidos y panes.

Debido a su sabor dulce y su textura suave, es una alternativa popular para los niños y adultos por igual. Aunque posee más calorías que una manzana o que una pera, continúa siendo un alimento de baja densidad calórica, debido a que no alcanza las 100kcal por cada 100 gramos.

Beneficios

Entre sus propiedades, cabe destacar las siguientes:

• Ideal para deportistas. Es uno de los mejores recuperadores físicos naturales que existen, en especial para los deportistas de alto rendimiento o entrenamientos exigentes.
• Ayuda a prevenir enfermedades cardíacas. Contiene tres nutrientes fundamentales, tales como el potasio, la fibra y los antioxidantes.
• Estimula la función gastroitnestinal. Tiene un tipo de fibra denominado fructooligosacáridos, que actúa como laxante natural y favorece la digestión.
• Evita la anemia. Favorece la producción de hemoglobina y el mantenimiento de unos niveles adecuados de hierro en sangre.

¿Cómo afecta a los riñones?

Como todos sabemos, el plátano es rico en potasio, un mineral que juega un papel fundamental en la función de los riñones, debido a que estimula la producción de orina. De ahí que su consumo pueda ayudarnos en gran proporción en esta labor. Eso sí, su consumo debe ser moderado.

Y, en el caso de padecer insuficiencia renal, es mejor evitarlo, porque mantener unos niveles adecuados de potasio es vital. Si los riñones no funcionan correctamente, es posible que no sean capaces de eliminar toda la cantidad adecuada de potasio, haciendo que este se acumule en la sangre.